Gente de la memoria. Probablemente tarde o temprano cada uno de nosotros se pregunta: ¿por qué soy como soy, qué me hizo elegir mi profesión, cómo decidí crear una familia con esta persona y no con otra? ¿Lo hice consciente o accidentalmente, por voluntad de las circunstancias? Las respuestas serán tan diferentes como nosotros…. Pero pocos sugerirían que la explicación hay que buscarla en lo más profundo de la historia, y no sólo en la propia familia.

– Hemos descubierto, y estamos convencidos de ello, que en el seno de cualquier familia judía persisten ciertas características, cualidades humanas, al menos durante los siglos en los que hemos tenido la oportunidad de observarlas», afirma en una entrevista telefónica Yitzhak Fuchson, voluntario y asesor del Instituto Am Azikaron para el Patrimonio, la Cultura y la Genealogía Judías, creado en Tel Aviv hace casi un cuarto de siglo. – Y así descubrimos que la historia de cada familia tiene ciertos patrones, como la elección por parte de la gente no ya de profesiones, sino de determinados campos de actividad, que se repite a lo largo de los siglos. Supongamos que un hombre que vivió hace 500 años llevó a cabo algún programa de cambios en la sociedad. Su descendiente, que vive en nuestra época, se dedica a lo mismo, aunque en un aspecto profesional diferente. Y lo más interesante es que no parece haber una conexión directa entre ellos, pero sí una cierta carga genética que les induce a dedicarse precisamente a esto. En una familia aparecen periódicamente personas extremadamente exitosas dotadas de la capacidad de hacer algunos descubrimientos o enriquecerse, en otra – raramente concluyen matrimonios estables. Y alguien se mete constantemente en todo tipo de problemas, pero permanece ileso…..

– Pero, ¿cómo se transmite a la siguiente generación?

– Para comprenderlo, hemos conseguido desarrollar todo un sistema basado en el concepto de «meta-clan». Se trata de un sistema que une varias ramas de un mismo clan, cuyos representantes pueden estar dispersos por todo el mundo, no saber en absoluto de la existencia de los demás, pero que sin embargo tienen cualidades comunes. Y, lo que también es muy importante, la capacidad de reconocimiento, se da en la gran mayoría de los casos de forma inconsciente. Mientras que en biología y en cualquier campo de la ciencia relacionado con la naturaleza viva, existe el concepto de «reconocimiento de parentesco», kin recognition. Desde nuestro punto de vista, esto desempeña un papel muy significativo en la vida del pueblo judío. Supongamos que conoce a personas cuyos antepasados tenían alguna relación con los suyos, y tiene ciertas razones para creer que tiene algo en común con ellos, que serán amigos, o que tendrán relaciones comerciales, etc. Para que quede más claro: aquí delante de mí cuelga de la pared un árbol genealógico, que fue creado por el fundador de nuestro instituto, Alexander Yonatan Widgop. Comenzó su investigación hace unos 40 años, conociendo sólo a 35 parientes. Hoy ya son 1600, y todos ellos son descendientes de una persona que vivió hace 300 años, casi nueve generaciones completas, entre las que fue posible establecer cierta conexión. Y en términos de disponibilidad de datos, esta familia no es en absoluto excepcional. A diferencia, por ejemplo, de las familias rabínicas, donde el porcentaje de personas que dejaron huella en la historia es elevado y la continuidad es claramente rastreable. Es decir, la información puede restablecerse, de un modo u otro……

Conviene aclarar que mi interlocutor, Yitzhak Fuchson, es físico teórico de especialidad, doctor en ciencias, y se ocupa de los sistemas complejos, de su estadística y de todo lo que recibe el nombre de «aleatoriedad». La elección de su profesión, dice, fue forzada. Soñando con ser matemático, intentó entrar en la Universidad de Leningrado, pero el famoso «quinto gráfico» resultó ser un obstáculo insalvable. Entonces solicitó plaza en otro instituto, en el departamento de física. – Es interesante que entre los parientes que conocía personalmente, – recuerda Itzhak, – había un adulto que se dedicaba a la física experimental. Pero lo que yo no sabía entonces era que de una sola rama de nuestra numerosa familia, alrededor del 30-40% de los hombres son representantes de esta ciencia, en sus diversos campos. Es una cuestión de coincidencia…

– ¿Cómo explicamos que algunas personas tengan estas capacidades y otras no?

– Verá, las cualidades de las que hablamos no se conservan literalmente, no es que los hijos se parezcan necesariamente a sus padres, y esos padres a sus padres, y así sucesivamente. Es mucho más complicado, pueden saltarse varias generaciones, por diversas razones. Así que es un sistema complejo, y existe debido al hecho de que la elección de pareja que hacemos no es realmente aleatoria. Está predeterminada en gran medida por la historia familiar, en términos generales. Y ésta es una clave única para entender cómo el pueblo judío ha persistido a lo largo de los milenios. Podemos suponer que cada familia tiene alguna misión en el sistema general, y puesto que la nación se compone de algún modo de estas familias, cada una de ellas, sin saberlo, representa alguna parte muy necesaria del pueblo judío, le ayuda a sobrevivir, a atravesar la historia… Ésta es la tarea que nos ha encomendado el Todopoderoso, independientemente del significado que le demos. Y una vez más confirma que nada es accidental, y que todo lo que sucede es porque tiene que suceder, de una forma u otra….

– Pero, ¿cómo se consigue encontrar estos patrones? Después de todo, desgraciadamente, se ha perdido mucho…..

– A trozos, literalmente por todo el mundo, se recopila información de archivo de todas las fuentes posibles: archivística, bibliográfica, entrevistas orales, que dan mucho material. E incluso si la información, a primera vista, parece poco fiable, sigue habiendo alguna base, un hilo, desenrollado del que se puede aprender mucho…..

– ¿Cuál es el valor práctico de su investigación?

– A quienes acuden a nosotros, el Instituto les da la oportunidad de descubrir cómo eran sus antepasados, qué hacían, qué habilidades tenían, y esto les ayuda a vivir, cambiando a menudo su actitud hacia sí mismos y aumentando su autoestima. Darse cuenta de que uno continúa alguna tradición familiar en esta tierra cambia el significado de cada paso, de cada acto. Ayuda a ver talentos ocultos en los niños y a desarrollarlos. Más concretamente, el Instituto realiza investigaciones familiares por encargo, basta con llamar o enviar un correo electrónico a la dirección que figura en la página web, facilita certificados de origen de las familias, las reúne. En esencia, restaura la historia de la familia, lo que supone una gran alegría. Crea un árbol genealógico que ayuda a la persona a comprender quién es y cuál es su lugar en la cadena de generaciones. Hay cosas más sencillas, como hacer maravillosos carteles para algunas fiestas familiares especiales, eventos. El Instituto ayuda a encontrarse con aquellos a los que una persona vio una vez, en la infancia, hace tiempo olvidados, pero hay fotos comunes. Y es muy conmovedor cuando dos familias diferentes se encuentran de repente. Y a veces uno puede verse claramente en la foto de un aparente desconocido, el mismo reconocimiento que mencionaba al principio. Hay muchos casos en los que una pareja vive toda su vida sin saber que sus bisabuelos son del mismo pequeño lugar… A veces se puede hacer un descubrimiento loco, cuando la gente piensa que todo el mundo murió en la Shoah, y encontramos supervivientes o sus descendientes. Fue un shock para mí cuando una persona encontró con nuestra ayuda a su propia abuela, la madre de su madre, a la que nunca había visto…..

– ¿Qué le hace dividir su tiempo entre la física y la genealogía, que requiere una enorme cantidad de paciencia y tiempo?

– Si hablamos de motivación personal, ya sabe, cuando se quiere comprender algo de nuestra vida, me parece que hay que agarrarlo con todas las fuerzas e intentar hacerlo. Porque la vida de una persona pasa volando rápidamente, y lo que se pierde hoy no se puede recuperar mañana. Y lo que nos impulsa en nuestra investigación es el deseo de descubrir y darnos cuenta de cuál es la conexión entre los tiempos. Es un término muy utilizado, pero nosotros lo concretamos, intentando comprender qué une a los judíos que vivieron, digamos, hace 100 o 200 años, con los que viven ahora. O, desde una perspectiva más amplia, en qué nos parecemos al pueblo ante el que el mar se partió hace casi cuatro mil años, abriendo el camino a la libertad…

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