Durante las campañas electorales en Israel se juega de vez en cuando la llamada «carta étnica». Tanto en la Knesset como en el gobierno israelí, los distintos partidos afirman a voz en grito que algunas comunidades siempre han sido mayoritarias y otras siempre minoritarias. Un equipo de investigación del Instituto Am ama-Zikaron, especializado en el estudio de la historia familiar judía, puso a prueba estas afirmaciones y llegó a algunas conclusiones interesantes sobre la representación de las distintas comunidades en los gobiernos israelíes en todos los años transcurridos desde la creación del Estado. Resultó que comunidades como la yemení, la alemana y la rumana (sin incluir a los cinco nativos de Besarabia) aportaron 11 ministros cada una. Todas estas comunidades comparten el quinto puesto en la clasificación ministerial.

Los ministros de origen iraquí ocuparon el honroso cuarto lugar. Son exactamente 13, tantos como de las comunidades de Siria, República Checa, Afganistán, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Georgia, India, Bulgaria, Turquía y Hungría juntas. En la historia de Israel, el número de ministros de Marruecos es igual al de ministros de Bielorrusia (25 cada uno). Si los «bielorrusos» dieron al mundo en general, y a la sociedad israelí en particular, políticos como Shimon Peres y la familia Weizmann a la izquierda e Isaac Shamir y la familia Rivlin a la derecha, las tierras de Marruecos dieron líderes como la familia Levy, algunos representantes de la familia Peretz y casi todo el partido Shas. Estas comunidades comparten el tercer puesto.

En segundo lugar se encuentra la judería ucraniana, que dio a Israel las familias Dayan y Rabin y otros representantes de la cúpula militar, que tradicionalmente han cambiado los campos de batalla por las batallas políticas. Un total de 31 ministros proceden de Ucrania.

Pues bien, el primer puesto, con una gran diferencia respecto a todos los demás (38 ministros), está firmemente ocupado por los judíos polacos (incluso sin tener en cuenta a la comunidad lituana, que aportó otros 8 ministros). Sin embargo, esto no es sorprendente: hasta 1939, el territorio de la Polonia moderna albergaba la mayor comunidad judía de Europa.

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